Llevabas una camisa de seda y mucha prisa por subir a la plaza y lo haré pensando en Osho y en sus palabras lentas que dejan huecos por los que colarse, colarse y caer, en el laberinto de su hipnosis. Ayer después de leerte me vi en el gordo y amarillo Mao y en la sucia y ruidosa Acapulco. Pensando en ti o en nada. En Procida-Dolores o en los pájaros de mar (marinerito delgado)... Cositas mutuyas, cuéntame... De tan dentro, tan antiguo, ¿pero aquí quién es el que está muerto? Nos deja su obra.
Ciao Ansi, muchas gracias por todo y cuídate mucho:
(la pagina en blanco que da menos miedo que la escrita)http://noescriboleo.blogspot.com
martes, 8 de junio de 2010
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