Sentada en una terraza de San Francisco con mi hermana, ambas con lacito lila que nos prendió una simpática mujer progresista, de la asociación pacense así llamada. Mientras, escuchábamos de fondo un fado de Mariza, después sonó Buika (… debía ser un CD de cantantes con ovarios). Todo el marco muy agradecidamente bello.
"Los veladores" estaban llenos de jóvenes papás y mamás con sus primorosos hijos vestidos del siglo pasado, pantaloncitos cortos - calcetinitos altos y demás encajes.
De repente aparecen “mano al hombro” -con ese sentido de la fraternidad ya perdido en el occidente civilizado - un par de actuales gitaninos de la Plaza Alta, que también podrían parecer recién salidos de la posguerra. Muy delgaditos los dos, no debían o no parecían tener más de diez años. Con su chándal ambos y agarrados concienzudamente, iban paseando hasta que se pararon a mirar atentos el patinete de un niño primoroso. Siguieron su paseo rodeando el parque, hasta que volvieron a pararse en el mismo punto repitiendo la escena. Las fotos que tenían a cada momento las guardo en el cerebro.
Como sabe Palmiralis, una tarde en el Cervantes de Lisboa, Trapiello reivindicaba recuperar lo feo. En su caso, ejemplificaba con una foto de Antonio Machado. Lo feo era una mujer que aparecía sentada a su lado, a la que finalmente mostraban y homenajeaban en aquella exposición (... pues siempre la han recortado para sacar limpia la imagen del poeta en los libros de texto…).
Lo dejamos por aquí. La señora sentada a su izquierda, a nuestra libre imaginación sobre posibles fealdades… (él, por cierto, igualico que mi abuelo Teodoro).
2 comentarios:
Pues he visto mil veces esa foto y jamás me había imaginado que recortaban a una mujer. Que seguro que era guapa, digo yo. Al final, todo es bello... Depende del que mira y de la posibilidad que tenga de captarlo.
¿Tu abuelo Teodoro también escribía versos? Qué lindo...
No, era contable... Ji,ji.
Bonita foto, la rosa nítida y el marco difuso. Un beso.
Publicar un comentario