martes, 8 de junio de 2010

la página en blanco

Llevabas una camisa de seda y mucha prisa por subir a la plaza y lo haré pensando en Osho y en sus palabras lentas que dejan huecos por los que colarse, colarse y caer, en el laberinto de su hipnosis. Ayer después de leerte me vi en el gordo y amarillo Mao y en la sucia y ruidosa Acapulco. Pensando en ti o en nada. En Procida-Dolores o en los pájaros de mar (marinerito delgado)... Cositas mutuyas, cuéntame... De tan dentro, tan antiguo, ¿pero aquí quién es el que está muerto? Nos deja su obra.

Ciao Ansi, muchas gracias por todo y cuídate mucho:
(la pagina en blanco que da menos miedo que la escrita)http://noescriboleo.blogspot.com

jueves, 20 de mayo de 2010

É, não é?

“Você está na mudança pra se tornar quem você é, e quando chegar lá, vai deixar de ser. A frase deveria ser essa: Torna-te quem tu és, então deixas de ser” (O Prédio, o Tédio e o Menino Cego; Santiago Nazarian)
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A verdade que é
É sim senhor
É muito mesmo
É isso
É
Epá
Pois é
A verdade que é
É isso
Isso mesmo
Pois é
É sim senhor
A verdade que é
Já tinha dito?
Pois é

(... ainda bem que não é)

domingo, 16 de mayo de 2010

Mayo Rosales

Adiós Aguas Mil,
adiós Abril
y Llueve
(impersonal, unimembre)
Y Plof (onomatopéyico plof)

¡Ay, Mayo, mayo!
(feria del caballo):
Y llama cuando quieras,
porque para ti
no tiene hora mi reloj
llama aunque sean las 11
las 12, la 1 ó las 2


Esta mañana de Mayo Rosales
pensé en ti,
Amor de mi muerte,
(porque la vida ya no llega,
en su defecto, serás eterno)
Amor de mi muerte,
¿Dónde estás?
¡Lástima no conocerte!

lunes, 12 de abril de 2010

Zang-Tumb-Tumb

Estaba con el pasado futurista de Marinetti
y sus ideas cedidas al Fascismo,
cuando violentas irrumpieron
voces del más allá…

Voces del mundo de los vivos,
con su infantil impaciencia
y sus juguetes digitales,
así, como dando saltitos:
¡Hola!, ¿Qué tal?,
¡Uy! ¡Cuánto tiempo! ¿no? ;-)

Zang-Tumb-Tumb,
ya adrede ruidoso y caótico,
hubiera sido más apropiado
(como temporal quebranto
de su en celo eterno)

... y mañana, D.M.,
volverá a la paz de sus muertos.

jueves, 8 de abril de 2010

Atención, estación en curva

No del todo consciente aunque sin mucha resistencia, fue metiendo en un saco todo lo que hacía ruido. Supone que se lo pedía el cuerpo, que no oía bien. Pero cuanto más lo llenaba, menos defensas, y el saco crecía y crecía y a punto de estallar, lo cerró. Aún casi sin fuerzas bajó a tirarlo…

Se ha quedado mirando cómo caía al abismo
por poco se cae detrás de él.

Ahora ya empieza a escucharse…

Cómo le pone la luz sobre el texto
su letra a mano
Stendhal, Rojo y Negro, 1830
y sentir que su mente despierta
cada día un poco más

Salir a mover las piernas
bajar a tomar café
Y saludar por los pasillos
a Cela, Delibes, Umbral
Hierro, Marsé…

Pensar que atrás quedó el glamour mentiroso
cómo la niña de An Education
cuando le dicen que aún puede ir a Oxford

¡Y QUÉ SI NO ES LA FUENTE
QUE LE ACLARE
LAS BREVES COSAS GRANDES
QUE TENGA QUE DECIRLE!

... Hoy
encontré un tesoro:
http://amediavoz.com/poetas.htm

domingo, 28 de marzo de 2010

And I felt old, but not very wise…

I probably looked as wide-eyed, fresh, and artless as any other student...But I wasn't. One of the boys I went out with, and they really were boys, once asked me to go to Paris with him. And I told him I'd love to, I was dying to see Paris... as if I'd never been."(An education, Lynn Barber)

There’s no larger mistake possible than to believe that an absence is a nothingness. The difference between the two is a question of timing. (About which they can do nothing). Nothingness is before and absence afterwards. At times it’s easy to confuse the two: hence some of our griefs.(From A to X, John Berger)

“Mantenía una curiosa opinión. Las personas demasiado inteligentes corrían el peligro de no detenerse en nada que mereciese la pena. Había observado que con frecuencia ambas cosas, ese exceso de inteligencia y esa carencia de madurez, se daban inseparablemente. (…) Cuando le pregunté como había llegado a esa conclusión, repuso, perdiendo su mirada en un horizonte que debía encontrarse más allá de mis hombros, que porque su caso era exactamente el contrario.
Tenía una extraordinaria virtud aquella chica: las cosas que decía parecían ciertas”
(El Bandido doblemente Armado, Soledad Puértolas).

jueves, 25 de marzo de 2010

El tío del Palo

Aquel día se levantó pensando que era el primero de su vida
o
El tío del palo.



Se había levantado tarde, no recordaba en qué momento había apagado el despertador. Cada vez le pasaba esto con más frecuencia y es que ya no le motivaba su trabajo. Así que desayunó, con la misma metódica rutina, café con tazón de cereales y naranja partida en cuatro, con el móvil sobre la mesa para controlar el menor tiempo disponible en sus divagaciones, siempre propicias a esta hora, por lo que le fastidiaba tener que cortarlas y pensar en qué ponerse junto a demás preparativos para arrancar el día. Así, bebía un sorbo, desprendía un gajo y se recreaba en una idea que le llevaba a otra y a una tercera en que miraría por el rabillo del ojo cómo la pantalla del móvil le mostraría los últimos minutos de placer restantes.

En ello estaba cuando de repente un sobre amarillo parpadeante le invitaba esta vez a abandonar su trance. ¿Un mensaje?, ¿¿¿de Juan???

Juan: “No puedo dormir. ¿Estás despierta?”

No puede ser… ¿No puedo dormir, estás despierta?. Se fue a detalles del mensaje. Recibido a las 02:13 h.

¿Un mensaje de Juan, “no puedo dormir, estás despierta” recibido a las 2:13 de la mañana? ¡Pero si no hablaba con él desde hacía años!

Se habían conocido en Edimburgo, Juan no hablaba inglés así que tenía los trabajos que nadie quería, al principio fue el tío del palo. Era fácil verle porque se pasaba el día plantado en mitad de la calle principal de Princes Street, agarrando un palo que portaba un letrero: Enjoy a golfing break at Princes Street Suites, con una flecha indicando la entrada a la bocacalle donde apuntarse a recibir unas clases de golf.

Ella pasaba a diario para coger el autobús que le llevaba a la universidad, donde había conseguido ingresar en unos módulos compartidos con los Erasmus. El primer día le sonrió, reconociéndole español y porque le hizo gracia su trabajo. Él ya nunca dejó de saludarle al paso, incluso cuando se hacía la tonta, que no estaba allí para perder el tiempo haciendo amigos españoles sino para perfeccionar el inglés. También a ella le costaba mucho encontrar un trabajo digno, de media jornada, con el que compaginar las clases y poder subsistir. Sólo al final consiguió ser procesadora de datos en un Call Center, al principio trabajaba de camarera en un Spanish Tapas, los fines de semana.

Por uniforme llevaban una camiseta roja con una banderita de España en el pecho que su compañera vasca tapaba constantemente, como un tic nervioso, con el tirante del delantal. El restaurante tenía dos plantas, siendo arriba la cara visible del mismo. Un sábado, al bajar a la cocina a pinchar una nota de pedido, se volvió a topar con él, esta vez lavando platos. Juan le saludó con la sorna de siempre, aún más enfatizada mostrándole su ascenso a “Dish-Washer”. Ella, chocada, tardó en asimilarlo todo ese día en que se compinchó con la vasca para quedarse en la recepción del restaurante, y no tener que volver a "descender a los infiernos", como solía decir el Chef. Pero el domingo ya se dio por vencida de su avergonzado orgullo y así comenzaron a conocerse. Su amistad duró dos fines de semana pues después consiguió aquel trabajo en el Call Center y ya no volvieron a coincidir.

¡Es verdad!... ¡Juan era de Madrid, donde ella vivía ahora!... ¿Lo sabría él?.

Con todo esto en la cabeza se empezó a arreglar con un entusiasmo inusual, consiguiendo, sin proponérselo, que el espejo le devolviese un veredicto de aprobada con nota al salir de casa. Con paso rápido hacia la oficina, sintió temblar el móvil en el bolsillo del abrigo. De nuevo un mensaje: “Necesito hablar contigo cuanto antes. ¿Podrás escaparte sobre las 12? Te espero en la cafetería junto a tu trabajo. Después te explico…”

Superada por la intriga, allí le esperaba cinco minutos antes hasta que le vio llegar, con el mismo aire divertido de siempre. “La vasca me dio tu paradero y también me ha contado que estás pensando en marcharte, cosa que si puedo evitaré. He montado un negocio de resorts para guiris, ya sabes, complejo de SPA y golf, ahí pasando el Manzanares, junto a la Casa de Campo, y necesitaría una mano con la gerencia pues estoy desbordado recibiendo grupos de alemanes e ingleses. ¿Qué me dices?”.

Ella llamó a la oficina para decir que se ausentaría todo el día, le acompañó a visitar las instalaciones, almorzaron juntos planificando estrategias y por la tarde se despidió con un “hasta mañana” de Juan y con un “hasta siempre” de su trabajo.

A la mañana siguiente sonó el despertador y aquel día se levantó pensando que era el primero de su vida.

lunes, 22 de marzo de 2010

pps.1,2,3

Poemas para sanar

Uno

Le pidió que le sanara
y, generoso,
le dibujó un corazón
que no un coracito…


Dos

Ya no dice que la estamos perdiendo
Juan, que la perdemos
Ya no lo oigo

Y por perderla
silencia
el puñal de la impotencia
clavando, clavando
cada vez más hondo


Tres

Para salvar mis ojos
trabajaré la música
de la palabra escrita

Le sacaré color y brillo
escucharé su voz
esperaré su luz

sábado, 13 de marzo de 2010

La ventana (y ansiamundana)

Un golpe seco en la cabeza y la ventana del cuarto de invitados ante mis ojos, me llega de lleno toda la luz que desprende. ¿Qué hago mirando esa ventana?. Ah, sí, me he caído. Estoy sola, así que no sé el tiempo que he pasado inconsciente, ni siquiera cuanto llevo mirándola hasta pensar que nunca la había visto desde esta perspectiva.
Tumbada, en la mitad del pasillo, justo donde se abre la puerta de la habitación que no uso, con dos camas, pero desde aquí no se ven, sólo la ventana en la pared del fondo y su foco mágico iluminando el espectáculo. Le agradezco su calor… está tan frío el suelo.

Me pregunto qué hago así y empiezo a recordar qué ha pasado. Una punzada en el estómago, un sudor frío y un fuerte pitido en el oído izquierdo (el que me operaron… la maquinaria es tan perfecta que hasta nos recuerda lo que fue arreglado). Estoy en el baño, sólo quiero salir de allí y conseguir llegar a la cama, justo antes de desvanecer. Voy por el pasillo y es lo último que recuerdo.

¿Qué día es hoy? Ya empiezo a recordar más cosas… es día laboral, he llamado esta mañana al trabajo para decir que no me encontraba bien. Recuerdo que estoy enferma y que él me ha dejado. Supongo que el dolor emocional me acabó por reventar en el cuerpo.

Bien, ahora ya sí, me levantaré del suelo y me iré a dormir a la cama. Soñaré con esa ventana, con su sol y su cielo azul, con su sonido de pájaros de mar cercano.

Quizás cuando despierte pueda ir al Puerto, al atardecer, a la playa de Fuentebravía. De camino me detendré en un centro comercial, justo al pasar la rotonda de los toros de Osborne, antes de llegar a la de Rafael Alberti (Marinerito Delgado, Luis Gonzaga de la mar, qué fresco era tu pescado acabado de pescar, te fuiste marinerito, en una noche lunada, tan alegre, tan bonito, cantando a la mar salada… cual padre nuestro en misa, cuando cruce su rotonda). En el centro comercial compraré un MP3 y la simpática dependienta me grabará lo último de Chambao, a modo de prueba.

Y a modo de prueba lo estrenaré, me tumbaré a recibir el sol, el cielo azul o los pájaros de mar y pensando en nada o en Dolores Hidalgo, en Prócida y Bhaktapur y en ti, en ti y en mi mundo nuevo no voy a olvidar las aventuras que he podido vivir, el coche mirando al puente, cositas “mutuyas”… cuéntame… Tengo un momento de ansia mundana y quisiera decir lo que siento en mi alma, que la vida pasa, hoy pasa y yo (dillou, gracias)… y en mi mundo nuevo.

martes, 9 de marzo de 2010

Se te nota en la mirada

No te he dicho que el otro día haciendo cola en el registro del ministerio para que me compulsaran pasó Gabilondo, me miró y me saludó... Sí, a mí, te lo juro...

Estaríamos unas dos o tres personas a lo largo de todo el extenso pasillo viendo cómo en saliendo de un despacho se acercaba a la salida acompañado de una atractiva y perfumada joven, afanada en ayudarle a marcar rastro.

Él, que se sentía observado a su paso, consciente de su poder, o a modo de propaganda política, o simplemente por educación - nunca mejor dicho - pasó y saludó, posando su inquietante mirada en mí. Han debido de quererte tanto para que me olvidaras… parecía decir. Pero porqué, Dios mío porqué, ¡¡¡¡ porqué !!!!…

Si además precisamente el otro día la Sra. Hortensia pensaba todo lo contrario. Lo sé porque lo escribí yo, aunque sólo intentaba crear un texto que reflejase una situación de conflicto y que tener listo para pasado mañana, pero nada… conflicto no resuelto.

Últimamente tengo la sana costumbre de no querer a quien no me quiere y de verdad que sin trauma ninguno.

Y la Sra. Hortensia pensó que debía haber sufrido mucho, la pobre, para ir soltando una frase como ésta a una simple, pero eso sí, afanosa frutera, mientras le envolvía los aguacates en papel de periódico para que madurasen antes, como bien gustaba de aconsejar.

Ella, en cambio, recibía y se aplicaba el consejo también curiosamente de forma algo contraria. Así, se imaginaba envolviéndose la cabeza en papel albal y metiéndola un momento en el congelador, justo el tiempo antes de decidirse a colgar este post, pero una vez más el día se le había pasado demasiado rápido y ya era tarde para reparar en más cuidados…

miércoles, 24 de febrero de 2010

Maniiii... no me dejes solo

Su fuerza, sin que tú lo notes, se agarra al trapo que le cubre y así, la camiseta de algodón orgánico verde petróleo la muestra serena, bella. No, espera… también sexy (pero esto último, sólo para quien sepa verlo).

La Manipuladora, consciente de su magnetismo, se relaja y hasta se permite mirarte desde la ausencia.
Suspira.
Ha llegado tarde, por eso esboza una sonrisa y retiene un segundo su relajada mirada en el reproche ajeno, aniquilándolo.

Se dirige a la cafetera, coloca la pastilla del día cremoso, aterciopelado y con cuerpo. Despereza éste con un leve zig-zag de cadera a cuello satisfactoriamente doloridos, que le recuerdan la recompensa del esfuerzo: sentirse.

- “No quiero arruinarle el día con la noticia”, piensa el Pagado de sí mismo. “Le dejaré disfrutar de su deseado café e incluso de que se sienta así tan especial, no sé… ¿admirada, deseable?… pobre…”

La Manipuladora mira al pagado de sí mismo,
- “Creo que voy a volver a la tierra, se pondrá fatal si no tiene el control y está claro que lo está perdiendo… primero mirándome con esa cara de satisfacción y al momento como reprimiendo haberla sentido…”, piensa aún desde su trono de semidiosa. Entonces, para relajar el ambiente, emite un comentario trivial sobre el tiempo, mientras dirige su mirada al fondo de la sala, donde Si no lo quieres para mí y De qué va esto conversan animadamente.

La primera, al sentirse observada, responde con una sonrisa pegada a un “anda que ésta… qué se habrá creído”, a lo que el segundo comienza a elucubrar “pero ¿aquí quién es la manipuladora?... ¿la protagonista?... no, no… creo que va a ser la narradora”.

- “Sí, es verdad, parece que hace más calorcito hoy”, responde con alegría Pagado de sí mismo.

La Manipuladora, satisfecha, se sienta a comenzar la jornada, disfrutando de su taza humeante y con todo bajo control.

sábado, 6 de febrero de 2010

En el bus

En el bus, intentando leer lo que contó Martín Gaite sobre su encuentro con Bessa-Luís, en Madrid, el 4 de Abril de 1977.
Imposible. Decido no desconcéntrame más y me dedico a mirar el paisaje de barro y encinas. A mi lado, la de las botas camperas contándole al conductor de cómo su hermano por nochevieja rompió la cinta de Bambino que hasta se quedaron sin comer las uvas.
Al parecer, llegó no muy sobrio y necesitando escuchar a Bambino a toda costa. Hasta aquí bien, puedo entenderlo (pienso).
Su cuñado consiguió encontrarle una cinta que por casualidad tenía en el coche, al ponerla y comprobar que estaba rallada la pataleó en el suelo (que “mira, se me cayeron los ovarios pabajo”… tal cual lo acaba de decir) hasta hacerla añicos. La madre empezó a llorar y ahí se acabó la fiesta. Cada uno para su casa y desde entonces que no se hablan.
Se baja en Cáceres.
Ahora la charleta la inicia el conductor copiloto que sube a sentarse a su lado hasta próximo relevo.
- “aquí de vencuando sestá deluho, verá?”
- “buenooo, el que faltaba, … tequiés ir paí…”
- “chacho, ¿tacuerdas del Charli?, pos ayer comiendo juntos parribaipabajo y contándome los planes de los carnavales qué jartón de reí mepegué…
- Oy, oy, oy, es chica… ¿y los tuyos qué, cómo se presentan?
- ¿Yo? No, yo no... A mí eso de mirá y no sabé quiené…
Suficiente. Vuelvo al libro. Carmen escribiendo en el Diario 16 del 4 de Julio de 1977: Hace 3 años el premio Sésamo le fue adjudicado a un joven desconocido, Juan José Millás (…) Creo que ha entrado con paso firme y por buena puerta en la literatura española.
La del asiento de atrás, gritándole al móvil, que entre la operación turrón y bikini está el gimnasio que no se cabe...
... Mal día para seguir "Tirando del hilo".

sábado, 23 de enero de 2010

Bandas de Bollinger

Está aquí. Ha venido…
Habrá que averiguar lo que quiere.

Sólo si es sincero habrá reacción por mi parte.
De momento, mejor no pensar en esto.

Comenzará trivial …
Le escucharé
y, para no reaccionar antes de tiempo,
lo haré pensando en Osho
y en sus palabras lentas que dejan huecos
por los que irse colando en el laberinto de su hipnosis.
Huecos por los que caer y elevarse, cual bandas de Bollinger.

(léase con inglés saltimbanqui: "you're an outsider /of course it is not easy!/but you're not a looser/ you are a winner!")

- Perdona, ¿qué decías?
- … ¡¡Si es que no sé dónde estás!!

Le miraré, le miro, para que vea que de vuelta.
Le estoy mirando lento, hondo…
porque esto y lo otro es lo de menos
y lo de más será mirarse para ver si se llena el hueco.

El hueco por el que ya no colarse, ni caer, ¿ni elevarse?.

¿Aprovechará para esforzarse en retener mi atención?.
El grado de intensidad decidirá nuestro destino.

lunes, 11 de enero de 2010

Tonting Monday

A doutora, agora mestre, tirou 15 valores
Y el vuelo que la devuelve a la realidad
se atrasa todo un curioso día de aeropuerto.

Con su seudovida – microaclimatada,
pese a las condiciones atmosféricas externas
y también debido a ellas.
24 horas de sentido proceso.

Del revuelo, a la esperanza
Del desconcierto, al escepticismo
De la ira, a la diversión

¡Piquete al Piqué!

Revolución y triunfo
de pasajeros supervivientes
que se miran y se reconocen

¡Soy una mierding de nube!
Por ser tan rata y tan barata,
y por ser la única
que mientras pueda seguir mintiendo
no te devuelvo el billete,
y además
me ahorro darte comida y/o alojamiento.

Lo que no controlo aún très bien
es que haya gente que,
tras horitas de sumisión,
empiece a reaccionar
y hasta afloren vidas
(que llevan dentro).

Pues thank you for vueling
¡Qué buen lunes!
¡Qué lunes más tonto!